Nehodí se? Vůbec nevadí! U nás můžete do 30 dní vrátit
S dárkovým poukazem nešlápnete vedle. Obdarovaný si za dárkový poukaz může vybrat cokoliv z naší nabídky.
30 dní na vrácení zboží
El alegato de Hallett en las causas de Rhode Island constituye uno de los mejores ejemplos de los diferentes caminos que en el siglo XIX adoptó el constitucionalismo democrático en el largo proceso de afianzamiento de la soberanía popular. Sus fundamentos construyen una defensa universal sobre el derecho que tiene todo pueblo de aprobar su propia Constitución. El pueblo de Rhode Island, cuando trata de cambiar su Constitución a través de una Asamblea Legislativa controlada por terratenientes blancos elegidos por hombres blancos, choca frontalmente contra ella y emprende el camino de preguntar directamente al pueblo. Es un camino completamente opuesto al europeo, en el que un rey, o en el mejor de los casos un parlamento, otorga al pueblo una Constitución y le inquiere a aceptarla, pues la alternativa es la nada. Esa fue la doctrina impuesta en Europa por sus santas alianzas y su restauración, y que impidió durante décadas el avance democrático, frente a la doctrina americana que trató con numerosos obstáculos que la voluntad del pueblo prevaleciera. En Europa, desde el infame Congreso de Viena de 1815, se