Nehodí se? Vůbec nevadí! U nás můžete do 30 dní vrátit
S dárkovým poukazem nešlápnete vedle. Obdarovaný si za dárkový poukaz může vybrat cokoliv z naší nabídky.
30 dní na vrácení zboží
El escándalo por una caricatura de Mahoma en una revista danesa, elsecuestro del semanario satírico El Jueves, los atentados contraCharlie Hebdo, el caso Zapata... La cuestión del humor y de suslímites está innegablemente a la orden del día y Darío Adanti, uno delos fundadores de la revista Mongolia, la plantea en Disparen alhumorista a través de un ensayo en vi?etas que no sabe si definir como una defensa contra la corrección política, un método para salvar alhumor de la tendencia totalitaria de Occidente o una herejía contratoda religión.Para Adanti, el humor es un género de ficción y la ficción tendría que ser ese lugar sin límites, como lo son la tragedia, la épica, laaventura o la poesía, lo que debería tener límites no es el humor,sino el cuándo y el dónde de la representación del humor, es decir, su contexto. Mantiene que "para respetar sentimientos y creencias,algunos proponen limitar el humor y la libertad de expresión. Arrojanla idea laica de la libertad de culto a la cabeza del propio laicismo. Utilizan un concepto de Voltaire para negar el pensamiento deVoltaire. Usan una idea de la Ilustración para anular la idea misma de la Ilustración".Adanti denuncia en este ensayo gráfico que estamos en una sociedaddonde el cerco al humor se cierra cada vez más, no sólo desde elpoder, sino también desde el ámbito moral, y que tanto los sectoresconservadores como los más progresistas tienden a preferir censurar,silenciar, y en definitiva disparar al humorista, para evitar que suvoz escueza, cuando el humor precisamente consiste, en palabras delautor, "en sacar a la luz nuestros miedos, nuestros pensamientososcuros, nuestras crueldades y debilidades, es exorcismo de nuestrosmales y reflejo de lo peor de nosotros mismos".